Los spoilers (destripes) son de lo peor. Esto ya lo sabemos. Ya sea el amigo que accidentalmente revela el final de un gran libro, la reseña de la película que cubre con diligencia cada giro de la trama, o el estudiante que comparte información de cursos con cohortes ulteriores, los spoilers pueden molestar y enfurecer. Lo que nos quitan nunca puede devolverse: nuestra respuesta honesta, sin filtros y sin preparación a una obra creativa. El robo de nuestro viaje único y personal a través de lo que a menudo también puede ser una experiencia compartida. "Ahí está, oficial. Ese es el hombre que me dijo que el mayordomo lo hizo".

Todavía puedo recordar claramente el peor spoiler que se me haya infligido, aun casi veinte años después del evento. Fue durante un viaje escolar de geografía a la costa este de Inglaterra. En el autobús, nuestra discusión se centró en la recién estrenada "El Sexto sentido", película protagonizada por Bruce Willis, cuando un compañero de clase gritó, bruscamente y sin pensarlo, el giro de la trama la película. Un spoiler grupal con una treintena de víctimas. Todavía no me he recuperado del todo.

Los spoilers han estado en mi mente este último par de semanas por dos razones muy diferentes. La primera es que se lanzaron dos cosas que he esperado con ansias. Una es la nueva película de los Vengadores, Endgame, y la otra, la temporada final del exitoso programa Game of Thrones de HBO.

Sinceramente, nunca ha sido más difícil evitar los spoilers en mi vida. Las redes sociales son un campo minado, los amigos y colegas que ya habían visto cualquiera de los dos estaban desesperados por discutirlos, e incluso los titulares de las reseñas en los medios noticiosos parecían sugerir más de lo que me gustaría. Incapaz de evitar por completo las noticias y las redes sociales, repasé mis cuentas con el dedo listo para saltar cualquier sugerencia de un punto de la trama. Un tipo de gamificación donde la única recompensa es evitar la decepción. No lo recomiendo. Afortunadamente, finalmente logré disfrutar tanto de la película como del episodio intactos, y me encantó que el Capitán América lograra finalmente llevar la paz y la democracia a las tierras de Westeros.

Pues bien, en cuanto a la segunda razón: esta semana la profesora Menoka Bal de la Universidad de Coventry me preguntó cómo proteger a sus estudiantes de los spoilers. ¿Cómo podemos asegurar que los estudiantes que ya hayan participado en nuestros juegos de simulación de negocios no echen a perder la experiencia de los participantes del próximo año? Es una pregunta justa, y una en la que nuestros desarrolladores han pensado seriamente.

La herramienta más sencilla disponible para los instructores es la opción de ocultar secciones clave de nuestras simulaciones una vez que el juego haya terminado. Esto se puede hacer de forma automática o manual, y evita que los estudiantes accedan a los escenarios, las páginas de decisiones y los resultados de la simulación, a menos que el instructor decida lo contrario.

Los instructores pueden ir aún más lejos para asegurarse de que cada nuevo grupo de estudiantes disfrute de su propia y única travesía. Muchas de nuestras simulaciones tienen más de un caso disponible, cada uno de los cuales cubre una industria diferente e involucra diferentes escenarios. Así, mientras que el año pasado su clase de estrategia empresarial podría haber jugado nuestra simulación Cesim Global Challenge con el caso de la industria de las telecomunicaciones, este año puede cambiar al caso de la industria automotriz. De esta manera, estropear la experiencia se vuelve más difícil.

Otra opción más creativa es la personalización de los casos. Nuestros instructores pueden usar los casos predeterminados de Cesim que proporcionamos, o reescribir los escenarios y ajustar los parámetros de simulación para crear sus propios casos únicos. Incluso tenemos una guía práctica para hacer esto. Estropear la experiencia es ahora simplemente imposible.

La defensa final y más potente contra los spoilers es el concepto de un juego de simulación empresarial en sí mismo. A diferencia de una película o programa de televisión normal, las simulaciones de negocios ofrecen una historia y un entorno virtual relacionado donde se les pide a los estudiantes que actúen. Que apliquen la teoría. Que tomen decisiones. Solo saber no es suficiente.

Además, estas decisiones son comparadas por la simulación con las decisiones tomadas por equipos de estudiantes de la misma clase para calcular los resultados. Sus competidores son tan cruciales como impredecibles.

Ahora, un participante puede estar prevenido, pero si su arsenal no incluye habilidades de toma de decisiones, habilidades de pensamiento crítico, habilidades de negociación, entre otras, es probable que sus compañeros lo superen. Es por esto que las simulaciones protegen este viaje personal y único para cada nuevo grupo de estudiantes que participan. Los propios alumnos son los autores de ese viaje. Los spoilers no se aplican.

Así, si buscamos analogías basadas en la pantalla, las simulaciones de negocios son quizás más similares al episodio "Bandersnatch" de Black Mirror, donde los espectadores tienen la oportunidad de influir en la historia tomando decisiones sobre la trama. Pero todavía no he tenido la oportunidad de ver este episodio, así que: sin spoilers, por favor.